TERCERO MEDIO

PRUEBA INTEGRADORA:
Material de apoyo audiovisual:

Nuestro siglo: capitulo seis - 1961 - 1973

Salvador Allende: La caída de un Presidente 1

Salvador Allende: La caída de un Presidente 2





Prueba N° 2
Material de apoyo:
                                                             Antecedentes


Historia del siglo XX;MEDIASAT;2006
 "Guerra Fría"; ARTEHISTORIA.COM
NUESTRO SIGLO; 1961-1973

                       

PAUTA DE EVALUACIÓN

TEMA: HISTORIA DE CHILE; 1930 – 1960; POLÍTICAECONOMÍA  Y SOCIEDAD.

ASPECTOS FORMALES Y ACADÉMICOS.
1.- DOS INTEGRANTES POR PRESENTACIÓN.

2.- TIEMPO DE LA PRESENTACIÓN:   20 A 30  MINUTOS (LOGRADO )

3.- SOPORTE POWER POINT: APOYARSE Y JUSTIFICAR EN UN MÍNIMO DE CUATRO REGLAS DE ORO EN EL SIGUIIENTE ENLACE: http://www.retoricas.com/2009/03/10-reglas-de-oro-power-point.html
TRAER O PEDIR PREVIAMENTE RECURSOS TECNOLÓGICOS PARA LA PRESENTACIÓN. (SOLICITAR BIBLIOTECA, PARLANTES O DATA)

4.-DICCIÓN Y VOLUMEN: LECTURA FLUIDA Y PAUSADA. (CADA TRES CONCEPTOS NO ENTENDIDOS POR EL EVALUADOR, SIGNIFICARÁ UNA BAJA EN LA ESCALA DE VALORACIÓN)  

FORMATO DE PRESENTACIÓN: CLASE EXPOSITIVA.

5.- INTRODUCCIÓN:

A.- PRESENCIA DE OBJETIVO GENERAL: PRESENTAR LA HABILIDAD DE ORDEN SUPERIOR QUE SE DESEA DESARROLLAR A PARTIR DE LA EXPOSICIÓN.

ANALIZAR: Descomponer el conocimiento en sus partes y pensar en cómo estas se relacionan con su estructura global.
EVALUAR: Ubicada en la cúspide de la taxonomía original de 1956, evaluar es el quinto proceso en la edición revisada. Consta de comprobación y crítica.
CREAR: Nuevo en esta taxonomía. Involucra reunir cosas y hacer algo nuevo. Para llevar a cabo tareas creadoras, los aprendices generan, planifican y producen.

B.- ACTIVIDAD INTRODUCTORIA  Y CONCEPTOS BÁSICOS PARA EL APRENDIZAJE DEL OBJETIVO: PERMITE MOTIVAR Y FACILITAR LOS PROCESOS COMPRENSIVOS DESARROLLADOS DURANTE LA CLASE.

6.- DESARROLLO:

A.- PRESENTACIÓN DE LA SÍNTESIS DE LA INFORMACIÓN DEL LIBRO: CONSTRUIR LAS IDEAS PRINCIPALES A PARTIR DE LOS ELEMENTOS BÁSICOS DEL ANÁLISIS. (SITUACIÓN CONFLICTUAL, SUJETOS HISTÓRICOS, ÁMBITOS, CONTEXTO TEMPORAL Y GEOGRÁFICO, ETC)

B.- IDEAS SECUNDARIAS DE CADA PÁRRAFO.

7.- ACTIVIDAD DE CIERRE DE CONTENIDO: DEJA EN EVIDENCIA LA ADQUISICIÓN DEL OBJETIVO DE APRENDIZAJE.

8.-ENTREGA DE HOJA RESUMEN A CADA UNO DE LOS INTEGRANTES DEL CURSO.

DUDAS Y CONSULTAS DURANTE LOS DÍAS PREVIOS A LA PRESENTACIÓN.

PRESENTACIÓN DE TEMAS A PARTIR DEL MIÉRCOLES 8 DE AGOSTO.







SIGLO XX 

CANCIÓN FINAL 
"CANTATA SANTA MARIA DE IQUIQUE"

BREVE HISTORIA DEL PARTIDO NACIONALISTA DE CHILE
FUENTE; http://revistacentenario.blogspot.com/

El Partido Nacionalista de Chile, es considerado la primera organización política que en Chile, levanta como bandera de lucha la causa del nacionalismo, insertándolo en el escenario público nacional.

Fue creado en una época en que las nuevas corrientes filosóficas y sociales, constituían un importante atractivo hacia una joven y floreciente intelectualidad, asociada a lo que será entendido avanzado el siglo XX como “clase media”.
Esta juventud formará parte de toda una generación protagonista y testigo de los más importantes acontecimientos que cambiarán el curso de sus vidas y de la historia universal: "la Generación Centenario".

Nombre donde se asocia su irrupción “en sociedad”, con el centenario de la independencia nacional el 18 de Septiembre de 1910.

La Generación Centenario

Como dijimos anteriormente, esta generación desarrollará su quehacer en los más variados ámbitos del desarrollo humano y su aporte renovador trascenderá incluso hasta nuestros días.

Transversalmente toda esa juventud asumirá en Chile una posición crítica hacia el sistema republicano en su modelo parlamentarista y enjuiciará la labor de los partidos políticos tradicionales, siendo muy sensibles a la causa de los trabajadores en el ámbito social, abogando por una mayor participación del Estado en esa materia.

Influencias tales como, el socialismo cristiano, inspirado en la encíclicas Papales, se manifiestan también en las disciplinas artísticas, donde también será tema recurrente la búsqueda por establecer certezas respeto a la formación, desarrollo y proyección de la identidad nacional (“el ser chileno”), ya sea desde una perspectiva histórica particular o desde una visión más contemporánea, considerando su realidad continental Americana y su proyección universal.

Ejemplo de ello, podemos encontrarlo en la literatura, con el establecimiento a inicios de 1900 de una corriente literaria denominada “Criollismo”, en donde se toma inicialmente como tema el paisaje y la vida campesina, ahondando con el tiempo en una literatura de un mayor contenido y compromiso.

“El criollismo chileno es hijo del naturalismo y, por eso, es conveniente revisar la llamada generación de 1900. La palabra fue inventada por Augusto D´Halmar (...) Habíamos dicho que alrededor de 1910 cuaje uno de los fenómenos literarios más valiosos de la evolución intelectual chilena.

El suceso eje que polarizó ese movimiento fue el año del Centenario. Un poco antes un poco después se publican las obras más decisivas del llamado criollismo y también otras de gran consistencia en el desarrollo cultural del país.

Había entonces, dos generaciones de criollistas precursores: una que surge cuando comienza el siglo, y otra que madura en el ápice de 1910 (...) El año del centenario dio cierto contenido nacionalista a las letras Patrias y en torno a los concursos literarios y a diversas circunstancias de crecimiento y madurez observadas en el ambiente santiaguino cuajaron corrientes desconocidas en etapas anteriores de nuestra cultura”.

(Latcham, Ricardo/ en: “El Criollismo”; Colección Saber Nº 7 Editorial Universitaria, 1956; Pág. 7 a la 51).

En materia económica y de política internacional, las críticas irán hacia el modelo capitalista, al imperialismo económico y al colonialismo invasor de los imperios de turno.

Todos estos aspectos, descritos brevemente tendrán su expresión a partir de los años treinta, en la creación de nuevas corrientes de opinión, movimientos, partidos y coaliciones “populares” (frentes de liberación nacional y nacionalismos libertarios) que buscarán representar a la “gran clase trabajadora” (Clotario Blest).

“(...) En esta lucha contra la “Fronda Aristocrática”, las juventudes chilenas llevan a Arturo Alessandri Palma al poder en 1920, y las juventudes militares, a Carlos Ibáñez del Campo en 1924.Ambos caudillos iberoamericanos se apoyarán por turno en los jóvenes universitarios y en la joven oficialidad persiguiendo unos mismos objetivos.Sin la juventud del año 20, Alessandri no habría podido vencer a la fronda.

Sin la juventud militar del año 1924 Carlos Ibáñez del Campo no habría podido materializar las reformas del año 20, desbaratar el régimen parlamentario y dar acceso a los nuevos estratos de la nacionalidad (...) En tanto, en México se instala lo que denominamos la inteligencia unificadora latinoamericana con el respaldo de José de Vasconcelos, Rubén Darío, Gabriela Mistral, Víctor Raúl Haya de la Torre que llevan a Joaquín Edwards Bello y Vicente Huidobro a crear e impulsar el “Nacionalismo Continental”.

La entrada en escena de América Latina se debe comprender como una consecuencia de la incorporación a la vida pública de los nuevos estratos medio y de la influencia que nuestras juventudes van recibiendo de generación en generación por nuestros pensadores, poetas, intelectuales Latinoamericanos”.
(Zorrilla, Enrique/ en: “La Profecía Política de Vicente Huidobro”; Ediciones Tierradentro, 1996; Pág. 74).

El Partido Nacionalista

Como dijimos anteriormente, El Partido Nacionalista, tiene la importancia de ser la primera entidad política que asume públicamente la causa del nacionalismo en Chile.
Nace – según consta en una portada del diario El Mercurio de la época - en 1914, siendo integrado por destacadas personalidades, tales como: Guillermo Subercaseaux, Luis Galdames, Alberto Edwards, Francisco Antonio Encina y Tancredo Pinochet entre otros.

Según los recuerdos del Abogado y Ex embajador Enrique Zorrilla:“(...) En la Escuela, se van turnando las generaciones portadoras del relevo político en una lucha intergeneracional que se inicia en 1910.

Es la generación del Centenario que se hace presente con Guillermo Subercaseaux, Alberto Edwards, Francisco A. Encina, Luis Galdames, para fundar la Unión Nacionalista de Chile.

Esta generación retoma las banderas de los libertadores, se pronuncia contra los estériles debates religiosos, doctrinarios, partidistas.

Quieren acabar con el régimen parlamentario y advierte la amenaza que significa para el país el dominio incontrarrestable de la “Fronda Aristocrática”.
(Zorrilla, Enrique/ en: “La Profecía Política de Vicente Huidobro”; Ediciones Tierradentro, 1996; Pág. 73-74).

Los integrantes de esta organización coinciden en analizar el país después del gobierno de Diego Portales como una nación que ha caído en una crisis moral, criticando paralelamente a la democracia liberal, al ejercicio de los partidos políticos y a la forma de votación (sufragio universal), desacreditado en ese entonces por el fracaso de la “libertad electoral” y el ejercicio del cohecho.

Los nacionalistas, aspiraban a la instauración de un gobierno fuerte presidencialista de autoridad, inspirado en los “principios portaleanos” de respeto a la autoridad, disciplina, honestidad, sobriedad y probidad.Idea que lo conecta con una preocupación propia de la época, cual es el rescate, estudio y valoración de la herencia hispánica y del pasado colonial de Chile.

Así mismo, su programa político exigía el robustecimiento del poder ejecutivo, la protección de la industria nacional, nacionalización de todas las industrias que se presten para ser explotadas por empresarios chilenos, la intervención del Estado a favor de la protección de la “clase trabajadora”, la enseñanza obligatoria, etc.

Pese a su corta trayectoria en el escenario político nacional y con una militancia más bien intelectual, que hacía funcionar a esta agrupación más como una corriente de opinión o círculo académico que como partido, se decide su participación para las elecciones de 1920, “(…) donde no pudo sacar ni un solo parlamentario (…)”.
(De Luige, María A. / Nacionalismo ¿Presente?; en: El Mercurio de Valparaíso; Domingo 17 de Mayo 1987; cuerpo D6).

Respecto a esta agrupación anota Alberto Cabero en su libro “Chile y los Chilenos” de 1926:“Por la acción tesonera de un agitador, don Luis Recabarren, nace el partido socialista, que repulsa al demócrata con sus concomitancias con los partidos burgueses y se organiza en Iquique y Punta Arenas en 1912.
Al incorporar después a su programa las aspiraciones soviéticas, tomó el nombre de comunista.

Unos pocos estudiosos dirigidos por Guillermo Subercaseaux, tratan de fundar un partido nacionalista con su programa puramente económico, con el objeto de transformar las bases de la organización partidista, prescindiendo de las cuestiones político- religiosas.

Este propósito no tuvo eco en la opinión: las masas populares necesitan ideas sencillas que las seduzcan y sentimentalismos que los apasionen”.
(Cabero, Alberto/ en:” Chile y los chilenos”: editorial Lyceum 1926; Pág. 247)

Pese a este evidente fracaso electoral y su posterior disolución, tras su integración en el pacto “Unión Nacional” y la presentación de la candidatura presidencial de Barros Borgoño, las cabezas más representativas de esta organización, lograrán en el tiempo ejercer con su trabajo intelectual y político una gran influencia, la cual trascenderá a sus círculos afines y más todavía, a su época.

Trascendencia Intelectual

Refiriéndonos específicamente en esta área, podemos citar como ejemplo a Francisco Antonio Encina con su “Historia de Chile” – trabajo completado años más tarde, con ayuda del entonces refugiado de la Guerra Civil Española Leopoldo Castedo - y “Nuestra Inferioridad Económica”; Alejandro Venegas Arrollo con “Sinceridad. Chile Íntimo de 1910”; Guillermo Subercaseaux “El Papel Moneda”; Alberto Edwards “La Fronda Aristocrática”; Tancredo Pinochet “La Conquista de Chile en el Siglo XX” y “Oligarquía y Democracia”.

Obras que de alguna manera siguen y complementan estudios y ensayos anteriores respecto a la realidad nacional, como la siempre citada obra de Doctor Nicolás Palacios “Raza Chilena” y a otras similares, realizadas en el Chile del siglo XIX (la “Generación 98”) por autores, tales como: José Victorino Lastarria, Vicente Pérez Rosales, Diego Barros Arana, Luis Orrego Luco y Moisés Poblete.
Sus proyecciones, en conjunto las veremos en los análisis desarrollados con posterioridad a 1920 a través de la pluma de: Joaquín Edwards Bello, Darío Salas, Tomás Guevara, Alberto Cabero, Ricardo Latcham, Fausto Valdés Vergara, Luis Thayer Ojeda, Carlos Keller, Jorge González Von Mareés, Ricardo Donoso, entre muchos.


Antecedentes de comienzo de siglo

Historia del siglo XX, parte 1; volumen 1
(Contexto internacional).

 

 Nuestro Siglo
(Contexto nacional)



Fragmento de Historia de las ideas políticas.


De Jean Touchard.

Capítulo XIV: sección III, 3.

Para Marx la historia del hombre en sociedad no es otra cosa que la relación fundamental hombre-naturaleza-hombre. La Historia nace y se desarrolla a partir de la primera mediación que pone en relación al hombre con la naturaleza y al hombre con los otros hombres: el trabajo. La Historia es, por consiguiente, la historia de la procreación del ser genérico del hombre por el trabajo y por las mediaciones que de éste derivan. Esto no significa que la Historia sólo 'narre' el desarrollo de las fuerzas productivas: significa solamente que esas fuerzas productivas son los hechos históricos básicos que constituyen el fundamento de la Historia, quedando sobrentendido que la Historia también incorpora todo lo que deriva de ellas (y especialmente todo el proceso cultural del hombre, todas sus alienaciones y todo el producto de las alienaciones).

La Historia no tiene, pues, un fundamento diferente del resto de la realidad. Ahora bien, la realidad, como hemos visto, es dialéctica, posee un devenir. Por esta razón tiene una historia y es Historia. Y también por esto el materialismo histórico no es diferente del materialismo dialéctico: es la aplicación a la Historia de una doctrina para la que toda la realidad tiene una estructura dialéctica.

Al igual que el materialismo dialéctico consiste —en su aspecto negativo—, en primer lugar, en rechazar todo dato eterno o trascendente a la experiencia sensible, el materialismo histórico consiste también —en su aspecto negativo— en rechazar toda lectura de la Historia que no parta del hecho histórico fundamental. Niega toda lectura de la historia que consistiera en hacer sujeto de la Historia, bien a un sujeto trascendente (Dios, Providencia, Espíritu), bien a un sujeto que sólo fuera un derivado del acto procreador del hombre (ideas del hombre, nociones, Estados, Imperios, Iglesias, etc.). Rechazo, especialmente, de la filosofía hegeliana de la Historia, que la convierte en la historia del Espíritu y que pretende reducir todo lo real a objetivaciones sucesivas del Espíritu. Rechazo, también, de la 'historia filosófica' al estilo de Bruno Bauer, para el que la Historia se reduce a batallas de ideas.

Ahora bien, para que la Historia sea real y fiel hay que remontarse al primer acto que el hombre realiza y que le hace diferente del resto de la naturaleza y de los animales: la producción de objetos para la satisfacción de sus necesidades. Ahí comienza la Historia y así continúa. Es verdad que la satisfacción de las primeras necesidades engendró otras, que engendraron a su vez nuevos instrumentos y relaciones de intercambio, etc.; y es verdad también que las relaciones sociales se enriquecen y se transforman con el modo social de producción. Pero en la base siempre se encuentra el hombre. La historia humana no puede hablar más que del hombre. Ahora bien, el hombre es, fundamentalmente, un complejo de necesidades que se satisfacen mediante el trabajo productivo. Si la Historia pretende narrar los hechos del hombre haciendo abstracción de ese hecho histórico fundamental, no puede atribuir las causas de los actos humanos más que a ficciones o a hechos derivados.

Existe siempre interacción entre las relaciones sociales y las fuerzas productivas. Estas determinan a aquéllas, que, a su vez, engendran necesidades y nuevos medios para satisfacerlas. Así, un cierto nivel de las fuerzas productivas dio lugar a la relación social de la propiedad privada, que reunió a su vez las condiciones para un nuevo progreso de los medios de producción.

Marx rechaza, en tanto que hecho histórico fundamental, la conciencia del hombre. Equivale esto a decir que se encuentre fuera de la Historia y que no desempeñe ningún papel? En absoluto. Lo que Marx rechaza es el admitir que existiera, fuera de la progresiva autocreación del hombre, una conciencia totalmente pura, perfecta, que poseyera todas sus determinaciones y que planeara, como un dios tutelar o como un invisible genio, por encima del ser natural del hombre. La conciencia se encuentra siempre históricamente ligada a la naturalidad del hombre; se desarrolla con él, con los progresos de su lenguaje con la riqueza de sus relaciones sociales, con las mediaciones cada vez más complejas, y también a través de las alienaciones de las que resulta víctima (pero el hombre alienado al perder la unidad de su ser real, puede ilusionarse y creer que su conciencia esta separada del 'mundo profano', que está radicalmente separada de la acción concreta).
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                                        ANTECEDENTES DE LA GUERRA DEL PACIFICO

                                                                     EPOPEYA CAP 1